cap III / HISTORIA DO RUEDA
Rueda
es sinónimo de vino
desde la antigüedad
pero uno de los principales factores para el desarrollo del cultivo de la vid fue el florecimiento que se vivió en la producción de vinos en un periodo de más de doscientos años ente los siglos XV-XVII, merced al gran crecimiento de dos ciudades cercanas que vivieron un desarrollo extraordinario: Medina del Campo y Valladolid.
Pero la historia había comenzado mucho tiempo antes. Durante un largo periodo, Rueda como buena parte de Castilla, permaneció en el límite difuso y cambiante entre la España cristiana y la España musulmana. De hecho, la ciudad de Rueda fue devastada en varias ocasiones y se quedaba en tierra de nadie hasta que fue reconquistada por el rey Alfonso VI (1040-1109), que alentó el cultivo de la vid, cediendo terrenos a aquel que quisiera plantar viñedo. La viña arraiga al hombre a la tierra y su cultivo de raíz sedimenta a su vez las raíces de los hombres a su territorio concreto.
Pero por aquel entonces no se hablaba de los vinos de Rueda, sino de los vinos de Medina del Campo (el gran centro ferial y financiero de la época), que además fue el lugar de residencia de los Reyes Católicos hasta la muerte de la Reina Isabel. También se han encontrado crónicas y referencias de los vinos de Madrigal de las Altas Torres y de los vinos de Alaejos. Aquellos vinos elaborados con la variedad verdejo autóctona de la zona, que contenían un alto grado alcohólico y una larga crianza oxidativa por ‘asoleo’.
Quevedo
Los paños franceses no abrigan lo medio
que una santa bota de lo de Alaejos.
Con esto, y Anarda, por sin duda creo
que engordaré a palmos y creceré a dedos.
Y sin pena alguna, vergüenza ni miedo,
si Dios no me mata, moriré de viejo.
Después de yo muerto, ni viña ni huerto;
y para que viva, el huerto y la viña
Tierra
de Medina
En la corte vallisoletana del rey Felipe II ya se servían vinos de la Tierra de Medina e incluso el monarca promulgó un decreto para impedir cualquier fraude con sus vinos preferidos. A principios del siglo XVII se registraban más de cuatrocientas bodegas en Medina, curiosamente era muy famosa la Verdejo, por sus largas crianzas en madera, como citaba un texto de la época del año 1606, refiriéndose a un tonel que perteneció al banquero Simón Ruiz, del que se asegura que guardaba vino de más de veinte años edad.
El primer revés que sufrieron los vinos de la zona de Medina se produjo cuando la Corte se instaló en Madrid propiciando el declive y el aumento de los vinos que fueran más asequibles de transportar hasta la nueva capital, debido a que se tenía que cruzar el puerto de Guadarrama que en invierno llegaba a estar cortado durante meses. Este hecho hizo que, para el vino de la Tierra de Medina se buscara un mercado nuevo que diera salida a los caldos de la zona. Esa salida fue el norte de España, principalmente Asturias, León, Cantabria y País Vasco. El declive de las ferias de Medina fue clave para que la actividad vinícola se trasladase a localidades cercanas a la villa, como fue el caso de La Seca y La Nava.
Servicio Nacional
del Trigo
La escasez de alimentos durante la posguerra promovió la defensa de la producción de cereales, creándose el Servicio Nacional del Trigo que aseguraba buenos precios a los agricultores, provocando el arranque de viñas para sembrar cereales y leguminosas, fuertemente demandados por la población española en tiempos de máxima escasez y de penuria alimentaria.
Una vez pasada la filoxera en la zona de Rueda, se replantaron los nuevos viñedos priorizando la variedad originaria de Jerez, Palomino Fino, más productiva y muy valorada en la producción de vinos añejos. Sin embargo, la Palomino no produjo en la zona de Rueda unos caldos rancios tan buenos como se esperaban y, teniendo los vinos de Jerez mejor calidad con la misma uva, comenzó el declive de la zona de Rueda que tan próspera fue años atrás.
En aquella época, de la primera mitad del siglo XX, la superficie disminuyó hasta las 13.637 ha. Los viticultores se vieron cegados por la producción que les brindaba la Palomino, pero los vinos eran de escasa calidad, no tenían nada que ver con los vinos de Jerez ni los de Montilla, seguían produciendo vinos de crianza oxidativa con la variedad Verdejo, pero llegó un momento de estancamiento, potenciado además con el paso de la Guerra Civil Española.
Alfonso VI
La variedad de uva Verdejo es una de las mejores variedades de uva blancas de España. Patrimonio casi exclusivo de la denominación de origen Rueda, aunque se puede cultivar en otras regiones. Su origen se remonta a los siglos XI y XII durante el reinado de Alfonso VI, rey de León, Galicia y Castilla.
Tras la Reconquista de Toledo, la zona del Duero fue repoblada por astures, vascones y mozárabes. Es probable que la uva fuera traída desde Algaida, en el norte de África por la ruta de la plata. Las primeras vides de esta variedad de España se plantaron en Toro y la Tierra del vino y la comarca de madrigal de las Altas Torres (de ahí su nombre blanca de madrigal) y Rueda durante el reinado de Alfonso VI (siglos XI-XII).
La
Denominación
A partir de los años setenta del siglo pasado renacieron los vinos de Rueda cuando la bodega riojana Marqués de Riscal decidió elaborar vinos blancos de Rueda. Fue la primera bodega que instaló depósitos de acero inoxidable con control de temperaturas y de todo el proceso de vinificación. Además promovió el cultivo de la Verdejo, debido a que pagaba la uva a mayor precio que otras variedades, lo que provocó que los viticultores aumentasen año tras año el cultivo de la variedad Verdejo.
Tras esta revolución, el 12 de enero de 1980, se creó la Denominación de Origen Rueda por orden del Ministerio de Agricultura, siendo la primera D.O reconocida en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, tras varios años trabajando por el reconocimiento y protección de su variedad autóctona: la Verdejo.