cap II / ¿QUÉ ES RIPPA DORII?
El origen
del nombre
Ecclesiam et domus sanctae Marieae de
Ripadorii, el origen de un nombre
Nuestra viña de Torreduero, sita en la localidad vallisoletana de Torrecilla de la Abadesa (DO Rueda), es una de las fincas más icónicas y extraordinarias del patrimonio en viñedo de la bodega Rippa Dorii en Rueda. Además, se asienta en el espacio geográfico e histórico que nos ha dado pie a moldear buena parte de la filosofía del proyecto de los vinos castellanos de Ontañón Familia, de los vinos del Duero.
Estamos ante una finca muy especial, de una extensión de 121 hectáreas, de verdejo injertado sobre un tempranillo plantado entre 1992 y 1994, de suelo arenoso, muy pobre y extraordinariamente profundo, lo que permite una enorme exploración de las raíces. En este viñedo, en el que Gabriel Pérez se volcó con la decisión de injertarlo por completo y salvar su impresionante patrimonio radicular, se asienta en un territorio fascinante y extremo de la DO Rueda, ya que los viñedos más cercanos pertenecen ya a la DO Toro.
Arquitectura
José Manuel Rodríguez Montañés, en un trabajo sobre el Románico en Valladolid, nos ofrece la explicación del nombre del viñedo y la sorprendente etimología de un espacio único y esencial en la historia de los vinos castellanos.
El caserío de Torre de Duero, Torreduero o La Ribera del Cubo -que de todas estas formas se conoce- se enclava en un cortado sobre la vega del Duero, aguas abajo de Torrecilla de la Abadesa, a unos 45 km al suroeste de Valladolid. En la Edad Media el enclave fue conocido como Santa María de Ribas de Duero, perteneciente al obispado de Zamora, cuyo prelado, Martín Rodríguez, confirmó en 1233 a la orden militar del Santo Sepulcro la posesión de sus iglesias en la diócesis, reservándose la procuración, entre otras, de la iglesia Sanctæ Mariæ de Ripa Dorii. Con la denominación de ‘La Ribera’ se cita este lugar entre los términos amojonados al asentarse la concordia entre el monasterio de la Espina y el concejo de Tordesillas, en 1267.
En la obra ‘Arquitectura religiosa olvidada’, obra de José María Arévalo, se explica que está edificada en el borde de una terraza fluvial con hermosa vista sobre el cauce del río, aguas abajo de la población de Torrecilla y en su misma orilla, la derecha. Hasta hace poco los vecinos de Torrecilla lo designaban como La Ribera del Cubo, y en catastro de Madoz aparece con la Ribera de Torre Duero. Esta toponimia designa la existencia de un cubo o antigua fortificación redonda en forma de torre. Se halla muy cerca del Duero, a 450 m. en su margen derecha, y a él confluyen todos los caminos del coto de La Ribera del Cubo.
Pascual Madoz reseñaba, a mediados del siglo XIX, el lugar de ‘Ribera de Torre de Duero’ como perteneciente a dos particulares. Contaba con casa de labor e iglesia (bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores) con parroquialidad propia, siendo el cuarto de presentación de los dueños. Juan Ortega Rubio lo reseña lacónicamente al hablar de Torrecilla de la Abadesa como caserío de Torre de Duero, vulgarmente conocido como el Cubo, quizás en alusión a la forma de su iglesia, la cual suponemos dedicada a Nuestra Señora, siendo sin duda moderna la coletilla de los Dolores.
El autor explica que lo que resta del templo medieval, hoy desafectado, y de propiedad particular, es una cabecera de ladrillo, compuesta de amplio tramo recto presbiterial y ábside semicircular, cubierto éste con bóveda de horno enfoscada, como todo el interior, y en precario estado. Tipológicamente, estos restos responden a una construcción inercial de esquemas románicos, fechables en la segunda mitad del siglo XIII o inicios del XIV y derivados de los cercanos focos de mudejarismo de Toro o Villalpando.
Antiguo monasterio de
Santa María
de Ribas de Duero
La finca y caserío conocidos actualmente con el nombre de Torre Duero fueron, en otro tiempo, el monasterio de Santa María de Ribas de Duero. Debió pertenecer a los Caballeros del Templo de Jerusalén, luego al Santo Sepulcro y después a la Orden de San Juan, y aún a mediados del XIX estaba sin jurisdicción de obispo ordinario y se sometía a dicha orden.
Después de esa primera denominación se conoció como El Cubo o la Ribera de Torre Duero, nombres que aluden al espíritu militar de la institución que lo construyó y a la presencia de un gran ábside semicircular que hubiera podido tener carácter defensivo. La fecha de su construcción debió ser anterior a 1215 cuando, documentalmente, se atestigua que la iglesia estaba ya levantada.
La expresión «ecclesiam et domus sanctae Marieae de Ripadorii» contenida en un documento de 1215 otorga una cronología precisa a su construcción. A mediados del XIV ya pagaba a la orden del Santo Sepulcro en Zamora, junto con Fuentespreadas. Pero la ausencia de un comendador de Torre Duero en los capítulos generales de la Orden del Santo Sepulcro de 1488 y 1525 permite pensar que su importancia había decrecido hasta convertirse en una simple granja agrícola. Hasta el XVIII la finca era de las clarisas de Tordesillas, como parte del patrimonio real, hasta que Carlos III la vendió a un noble.
Actualmente queda en pie un escueto caserío donde hasta la segunda mitad del XX habitaban los colonos que trabajaban en la explotación agrícola, junto con la cabecera de una iglesia románica de ladrillo que se podría clasificar en lo que comúnmente se conoce como estilo mudéjar. Añadido al ábside debió haber un cuerpo que hacía las veces de nave principal, cuyas paredes se conservan hoy aprovechadas en una vivienda y en cuyo subsuelo han aparecido abundantes restos de sepulturas. La iglesia, que estuvo dedicada a Santa María desde el momento de su fundación, fue luego ofrecida a la advocación de Nuestra Señora de los Dolores (siglo XIX), estando ahora consagrada a Nuestra Señora del Rosario y realizando las funciones de parroquia para el caserío de la explotación agrícola hasta el éxodo de la población.